Soto

Soto

Antiguo linaje castellano, muy ilustre. De esta casa procedió doña Leonor de Soto, duquesa de Vista Hermosa, que casó con el duque don Alonso, Infante de Aragón. Hay también otra rama de este linaje, correspondiente a Andalucía, de la cual se tiene constancia de un caballero llamado don Andrés Hernández de Soto, que litigó su hidalguía y ganó ejecutoria de nobleza, despachada en la Real Chancillería de Valladolid. A esta ilustre familia perteneció el célebre conquistador don Hernando de Soto, Adelantado de la Florida y Gobernador de Cuba. Estuvo también con Francisco Pizarro en la conquista del Perú. Fue un desdichado conquistador, caballero en extremo y valiente hasta la temeridad, pero en sus expediciones tuvo que sufrir toda serie de calamidades, ataques de los indios, fiebres, pérdidas de víveres y bagajes, etc. Al llegar al Missisipí, Hernando de Soto, ya estaba enfermo, hasta el punto que tuvo que tomar el mando su lugarteniente Moscoso de Alvarado. Tras un encuentro con los indígenas, de Soto, herido, agravó su enfermedad, muriendo. Su cuerpo, para que no fuera profanado por los nativos, fue arrojado al fondo del río.

Otro ilustre miembro de esta esclarecida familia fue Pedro de Soto, dominico y teólogo español, nacido en el año 1.495, que fue prior del convento de su Orden en Ocaña y Confesor del emperador Carlos V. Vicario General de la Orden de los Dominicos en Alemania y catedrático de la Universidad de Dillingen, la cual tuvo que abandonar a causa de la rebelión del principe Mauricio. Desde 1.555 a 1.558 profesó, por la orden de Felipe II, en la Universidades de Oxford y Cambridge, en Inglaterra. Fue teólogo pontificio de Pío IV, en el Concilio de Trento. Pedro Soto de Rojas, nacido en Granada, en 1.584, fue un notable poeta que gozó de la protección del conde-duque de Olivares y que perteneció a la "Academia Salvaje". Tras abrazar el estado sacerdotal, regresó a Granada, donde fue canónigo de San Salvador y abogado de la Inquisición.

ARMAS:

Escudo cuartelado: 1º; de azur, un águila de sable perfilada de oro. En el jefe, dos flores de lis de oro, una a cada lado de la cabeza del águila. 2º; de oro y tres candados abiertos, de sable; 3º; de oro y con dos candados, también abiertos, de sable y 4º; de azur, un águila de sable y dos copas de oro en la punta.


Soto

Antiguo linaje castellano, muy ilustre. De esta casa procedió doña Leonor de Soto, duquesa de Vista Hermosa, que casó con el duque don Alonso, Infante de Aragón. Hay también otra rama de este linaje, correspondiente a Andalucía, de la cual se tiene constancia de un caballero llamado don Andrés Hernández de Soto, que litigó su hidalguía y ganó ejecutoria de nobleza, despachada en la Real Chancillería de Valladolid. A esta ilustre familia perteneció el célebre conquistador don Hernando de Soto, Adelantado de la Florida y Gobernador de Cuba. Estuvo también con Francisco Pizarro en la conquista del Perú. Fue un desdichado conquistador, caballero en extremo y valiente hasta la temeridad, pero en sus expediciones tuvo que sufrir toda serie de calamidades, ataques de los indios, fiebres, pérdidas de víveres y bagajes, etc. Al llegar al Missisipí, Hernando de Soto, ya estaba enfermo, hasta el punto que tuvo que tomar el mando su lugarteniente Moscoso de Alvarado. Tras un encuentro con los indígenas, de Soto, herido, agravó su enfermedad, muriendo. Su cuerpo, para que no fuera profanado por los nativos, fue arrojado al fondo del río.

Otro ilustre miembro de esta esclarecida familia fue Pedro de Soto, dominico y teólogo español, nacido en el año 1.495, que fue prior del convento de su Orden en Ocaña y Confesor del emperador Carlos V. Vicario General de la Orden de los Dominicos en Alemania y catedrático de la Universidad de Dillingen, la cual tuvo que abandonar a causa de la rebelión del principe Mauricio. Desde 1.555 a 1.558 profesó, por la orden de Felipe II, en la Universidades de Oxford y Cambridge, en Inglaterra. Fue teólogo pontificio de Pío IV, en el Concilio de Trento. Pedro Soto de Rojas, nacido en Granada, en 1.584, fue un notable poeta que gozó de la protección del conde-duque de Olivares y que perteneció a la "Academia Salvaje". Tras abrazar el estado sacerdotal, regresó a Granada, donde fue canónigo de San Salvador y abogado de la Inquisición.

ARMAS:

Escudo cuartelado: 1º; de azur, un águila de sable perfilada de oro. En el jefe, dos flores de lis de oro, una a cada lado de la cabeza del águila. 2º; de oro y tres candados abiertos, de sable; 3º; de oro y con dos candados, también abiertos, de sable y 4º; de azur, un águila de sable y dos copas de oro en la punta.