Prado

Prado

Se trata de un apellido castellano, concretamente leonés, siendo considerado don Nuño Fruela, hijo del rey don Fruela II y nieto del rey don Alfonso III, como tronco de este muy cualificado linaje. A este respecto existe cierta versión que reproducimos, tomándola de la obra "Reinos y Señoríos de España", del acreditado genealogista don Francisco Piferrer. La transcripción es esta: "Acerca del origen del apellido Prado se lee que estando de caza el rey de León, don Ramiro III, encontró en un ameno prado a una hermosa doncella, de quien tuvo un hijo y en memoria del encuentro se le dio el apellido Prado". Este dictamen nos parece pueril y además inverosímil. El marqués de Mondéjar escribe que estando en Braga un rey de León, se prendó de doña Blanca Gutiérrez de Silva, Señora de la villa del Prado, de quien tuvo hijos que tomaron por apellido el nombre del señorío de su madre, y por armas las de la casa de Silva, mudando los esmaltes; añadiendo que adoptaron el león negro para recordar que las visitas del rey fueron con frecuencia protegidas por la oscuridad de la noche. En apoyo de este dictamen dice el citado marqués que, en el año 1.510, con unas fuertes avenidas que tuvo el río, se desmoronó parte del puente de la villa del Prado y que en una de sus piedras se descubrió esta inscripción: "Blanca et blance et rex legionis fecerunt". Al anteriormente citado tratadista Piferrer tampoco le parece muy fundada esta opinión y dice que sin ánimo de poner en tela de juicio la veracidad de la citada inscripción no ve ninguna dependencia de causa y efecto entre su auditoría y las relaciones del rey con doña Blanca Gutiérrez de Silva. Prescindiendo pues, de aventuradas suposiciones, la realidad histórica señala que don Nuño Fruela tuvo descendientes entre los cuales se destacaron varios muy eminentes. El primero de ellos, legítimos por varonía, fue don Martín Díaz de Prado, que floreció a principios del siglo X y prestó tan importantes servicios al rey, don Alfonso VII, que entre otras mercedes, le hizo donación de la villa de Alvires.

ARMAS:

Escudo de sinople y un león, rampante, de sable, coronado.

Prado

Se trata de un apellido castellano, concretamente leonés, siendo considerado don Nuño Fruela, hijo del rey don Fruela II y nieto del rey don Alfonso III, como tronco de este muy cualificado linaje. A este respecto existe cierta versión que reproducimos, tomándola de la obra "Reinos y Señoríos de España", del acreditado genealogista don Francisco Piferrer. La transcripción es esta: "Acerca del origen del apellido Prado se lee que estando de caza el rey de León, don Ramiro III, encontró en un ameno prado a una hermosa doncella, de quien tuvo un hijo y en memoria del encuentro se le dio el apellido Prado". Este dictamen nos parece pueril y además inverosímil. El marqués de Mondéjar escribe que estando en Braga un rey de León, se prendó de doña Blanca Gutiérrez de Silva, Señora de la villa del Prado, de quien tuvo hijos que tomaron por apellido el nombre del señorío de su madre, y por armas las de la casa de Silva, mudando los esmaltes; añadiendo que adoptaron el león negro para recordar que las visitas del rey fueron con frecuencia protegidas por la oscuridad de la noche. En apoyo de este dictamen dice el citado marqués que, en el año 1.510, con unas fuertes avenidas que tuvo el río, se desmoronó parte del puente de la villa del Prado y que en una de sus piedras se descubrió esta inscripción: "Blanca et blance et rex legionis fecerunt". Al anteriormente citado tratadista Piferrer tampoco le parece muy fundada esta opinión y dice que sin ánimo de poner en tela de juicio la veracidad de la citada inscripción no ve ninguna dependencia de causa y efecto entre su auditoría y las relaciones del rey con doña Blanca Gutiérrez de Silva. Prescindiendo pues, de aventuradas suposiciones, la realidad histórica señala que don Nuño Fruela tuvo descendientes entre los cuales se destacaron varios muy eminentes. El primero de ellos, legítimos por varonía, fue don Martín Díaz de Prado, que floreció a principios del siglo X y prestó tan importantes servicios al rey, don Alfonso VII, que entre otras mercedes, le hizo donación de la villa de Alvires.

ARMAS:

Escudo de sinople y un león, rampante, de sable, coronado.