Morata

Morata

En este caso no existe duda acerca de su origen, es aragonés y procede de otro antiquísimo apellido, el de los Martínez de Luna, cuyos miembros fueron señores de la villa de Morata de Jiloca, hoy en día perteneciente al partido judicial de Calatayud, en la provincia de Zaragoza.

Esta familia fue la propietaria del castillo de Morata, así como de las Baronías del mismo nombre, además de las de Ilueca y Gotor. Fueron también Alféreces Mayores del Reino y ostentaron la dignidad de Ricoshombres de natura en Aragón. La familia extendió varias líneas por Valencia y Cataluña, estando siempre sus miembros clasificados en los estados de la estirpes de la más rancia nobleza.

En Lérida, se estableció una rama a la que perteneció don Francisco de Morata y Valonga, perteneciente a la dignidad de los "Caballeros Honrados". Su hija doña Antonia Morata y Maranyosa, el 30 de diciembre de 1.683, fue admitida como Dama en la Orden de San Juan de Jerusalén, después de hacer patente de nobleza. Como no era muy corriente que las mujeres fueran admitidas en las Órdenes Militares, hemos querido consignar el hecho por lo que tiene de meritorio. De este apellido, Morata, debe citarse a Ginés de Morata, nacido en el siglo XVI y al que se considera uno de los mejores compositores de la época. Fue maestro de capilla del Duque de Braganza y aunque mucha de su producción ha desparecido, se han conservado algunos madrigales y villancicos a tres, cuatro voces.

De la línea que pasó a América, la misma se extendió con preferencia en Méjico. Se conserva memoria de Diego Morata, nacido ya en aquel país y que fue uno de los ayudantes de campo del General y Presidente mejicano Antonio de Santa Ana, participando en la batalla de San Jacinto, con ocasión de la guerra de independencia de Tejas.

ARMAS:

Escudo cuartelado: 1º en campo de azur, un creciente de plata, ranversado y surmontado de una M y una A enlazadas, de plata; 2º en plata, un león pardo; 3º en gules un brazo alado de oro con una espada de plata en la mano; 4º en oro una torre de piedra, arrimada a ella una escala por la cual sube un moro y en la torre un guerrero que la defiende.

Morata

En este caso no existe duda acerca de su origen, es aragonés y procede de otro antiquísimo apellido, el de los Martínez de Luna, cuyos miembros fueron señores de la villa de Morata de Jiloca, hoy en día perteneciente al partido judicial de Calatayud, en la provincia de Zaragoza.

Esta familia fue la propietaria del castillo de Morata, así como de las Baronías del mismo nombre, además de las de Ilueca y Gotor. Fueron también Alféreces Mayores del Reino y ostentaron la dignidad de Ricoshombres de natura en Aragón. La familia extendió varias líneas por Valencia y Cataluña, estando siempre sus miembros clasificados en los estados de la estirpes de la más rancia nobleza.

En Lérida, se estableció una rama a la que perteneció don Francisco de Morata y Valonga, perteneciente a la dignidad de los "Caballeros Honrados". Su hija doña Antonia Morata y Maranyosa, el 30 de diciembre de 1.683, fue admitida como Dama en la Orden de San Juan de Jerusalén, después de hacer patente de nobleza. Como no era muy corriente que las mujeres fueran admitidas en las Órdenes Militares, hemos querido consignar el hecho por lo que tiene de meritorio. De este apellido, Morata, debe citarse a Ginés de Morata, nacido en el siglo XVI y al que se considera uno de los mejores compositores de la época. Fue maestro de capilla del Duque de Braganza y aunque mucha de su producción ha desparecido, se han conservado algunos madrigales y villancicos a tres, cuatro voces.

De la línea que pasó a América, la misma se extendió con preferencia en Méjico. Se conserva memoria de Diego Morata, nacido ya en aquel país y que fue uno de los ayudantes de campo del General y Presidente mejicano Antonio de Santa Ana, participando en la batalla de San Jacinto, con ocasión de la guerra de independencia de Tejas.

ARMAS:

Escudo cuartelado: 1º en campo de azur, un creciente de plata, ranversado y surmontado de una M y una A enlazadas, de plata; 2º en plata, un león pardo; 3º en gules un brazo alado de oro con una espada de plata en la mano; 4º en oro una torre de piedra, arrimada a ella una escala por la cual sube un moro y en la torre un guerrero que la defiende.