Lozana
El tratadista Piferrer indica en su obra, «Señoríos y Reinos de España», que se tiene, por muy cierto que, no pasaron de cien caballos y mil peones las huestes con que don Pelayo comenzó su resistencia contra los musulmanes, que a principios del VIII cubrieron toda la Península Ibérica. De Covadonga partió la Reconquista. Y allí, nació el apellido Lozana, pues uno de los principales guerreros, al ver el arrojo y denuedo con que todos peleaban, se quedó atónito, exclamando: «¡Qué lucha tan lozana!», y de ahí que a este guerrero le quedara como apellido Lozana. En tiempos del rey don Fernando, «el Santo», se distinguió por su bizarría en las batallas contra los moros don Iván Peréz de Lozana. Armas: Escudo de plata, cuatro fajas de azur fileteadas del mismo metal y de sable.