Romano
La mayoría de los genealogistas asignan la procedencia de este linaje a la montaña cántabra. Indicando que el primitivo solar radicó junto a Torre de Cobreces, próximo a Santillana del Mar, partido judicial de San Vicente de la Barquera. Sea como sea, lo cierto es que muy pronto, los de este linaje, pasaron a las provincias limítrofes, extendiéndose por la Península.
Precisamente en Valladolid, se creó una rama de los de este apellido, de la que descendió, a mediados del siglo XIV, don Gregorio Romano, esposo que fue de doña Isabel de la Victoria, padres de don Gregorio Romano y Victoria, que fue Regidor de la Ciudad de Valladolid que contrajo matrimonio con doña Margarita Altamirano, originaria de la villa de Fontiveros, de la provincia de Avila. De esta unión nació don Diego Romano Altamirano y don Gregorio Romano Altamirano Caballero que fue de la Orden de Santiago en la que ingresó el 12 de agosto de 1.624.
El primero de ambos caballeros anteriormente citados, don Diego, casó con doña Constanza de Mendoza y Portocarrero natural de Lima (Perú), de la familia del poderoso Cardenal Mendoza. Este caballero vistió el hábito de la Orden de Santiago el 27 de enero de 1.642. En lo que se refiere a América, varios fueron los miembros del apellido Romano que pasaron al nuevo continente. Se conserva constancia de don Pedro Romano y Villalobos, que se estableció en la ciudad de Lima, en el Perú, y formó parte del Concejo de dicha ciudad.
El blasón que ostentan los Romano está avalado por numerosos obras impresas, entre ellas en la «Biblioteca de Apellidos Nobles», de don Francisco de Zazo y Rosillo; de don Francisco Piferrer en «Los Reinos y Señoríos de España»; «Genealogía y apellido de la casa San Martín» de Bonilla, impreso en Córdoba en el año 1.767 y en la «Crónica de la Provincia de Santander» de don Mateo Escagedo Salmón.
ARMAS:
En campo de plata, tres barras de sable.