La estirpe de la Casa Santos
Su origen, historia y hechos
Este linaje procede de Asturias, aunque hubo otra casa solar muy antigua en la villa de Santillana y varias ramas pasaron a la también villa de Espinosa. Antes de continuar con la explicación de este linaje, se deberá hacer constar que la casa de Santos está entroncada con las de Toro, Serrano, Beltrán, Freire, Vines de Denia, y Espinosa de los Monteros, así como con los Díez de la Fuente y Roca de Togores y otras no menos ilustres. El entronque con los Roca de Togores se llevó a efecto mediante el matrimonio de don Miguel de los Santos Fournier, que fue capitán de ganaderos de Puebla de los Ángeles, con doña Magdalena Roca de Togores. Habrá que decir que este linaje, los Roca de Togores, estaba establecido en Orihuela desde que esta ciudad fue reconquistada del poder de los sarracenos y procedía de Mallorca. Uno de los caballeros que acompañaron al rey don Jaime I, en la conquista de aquella isla fue don Guillén de Togores que participó activamente en la conquista de Mallorca, en el año 1.229, en la de Valencia en el año 1.238, y en las de Orihuela y Murcia, año 1.366.
Parece ser que los primeros de este apellido, es decir, el origen del mismo, fue motivado por dos caballeros godos que acompañaron al infante don Fernando en la Conquista de Antequera, reconquistada de los moros en 16 de septiembre de 1.410. Hay constancia de que los esforzados don Sancho y Gonzalo Santos fueron los primeros en escalar la muralla y entrar en la ciudad, ante cuyo valeroso proceder el infante don Fernando, premió su arrojo y valentía haciéndoles merced de muy buenas rentas y mayorazgos. Y así consta por certificación extendida en Madrid, a 27 de abril de 1.713, por don Juan Alfonso Guerra y Sandoval, caballero de la Orden de Santiago, Cronista y Rey de Armas de don Felipe V. Don Martín de Santos, descendiente de los anteriores, asistió en el año 1.427 a las Cortes de Zaragoza y el ilustrísimo don Andrés de Santos alcanzó la dignidad de arzobispo de la citada ciudad. De la rama asturiana procedió don Bartolomé de Santos que fue obispo de Almería, de León y de Sigüenza.
En lo que respecta a la rama que pasó a Andalucía, se halla empadronada como perteneciente a la clase de caballeros nobilísimos, hijosdalgo notorios y así se encuentra registrado en los libros del Exmo. Ayuntamiento de Antequera, años 1.640, 1.648, 1.706 y 1.774, donde se enumeran los servicios de esta casa, por la que algunos de sus miembros fueron regidores perpetuos de la citada villa y lugar de Antequera.
Uno de estos miembros que ostentó el anteriormente citado cargo fue don Bartolomé Santos que ocupó también otro cargo: el de Familiar del Santo oficio (Inquisición) del Reino de Granada, donde adquirió celebridad por el celo que puso en el desempeño de su misión y la implacable guerra que llevó a efecto en la persecución de judíos, herejes y blasfemos, así como la hechicería. Su hijo, don Juan Matías de Santos, fue canónigo de la insigne colegiata de dicha ciudad, capellán y patrono de gran número de capellanías, y tercer Conde de Argelejo. El hermano del anterior, don Cristóbal de Santos, vivió poco, pero durante su breve existencia en la tierra prestó grandes servicios al Estado lo que mereció que el rey Felipe V le agraciara, por Real Despacho expedido en 25 de septiembre de 1.711 con el título de Vizconde de Fuente Santa para él y sus descendientes.
Pero extinguida la rama de los Santos-Villalón por la muerte del joven don Miguel de Oribe de Montehermoso y Santos, cuarto Conde de Argelejo, entró a sucederle su primo don Juan de Santos Toro y Beltrán, vecino que fue de Sanlúcar de Barrameda, regidor perpetuo y quinto conde de Argelejo.
Don Felipe de Santos Toro y Freire Altamirano, sobrino del anterior, ostentando el rango de brigadier de infantería, pasó a la expedición de Buenos Aires en 1.776, a las órdenes de don Pedro Ceballos. Más tarde, encabezó otra expedición esta vez por tierras de Africa, concretamente a las costas de Guinea para conquistar para España las islas de Fernando Poo y Annobón, y llegado que hubo a su destino, procedió a desembarcar en la primera de las citadas islas el 21 de octubre de 1.778, proclamando al Rey de España como soberano de aquellas tierras para lo que clavó el estandarte real en ellas. Más no pudo hacer lo propio en la otra isla, la de Annobón porque cuando se disponía a desembarcar en ella, ocurrió su muerte, a bordo del buque «Soledad» el 14 de noviembre al año anteriormente señalado.
Don José Felipe de Santos, séptimo Conde de Argelejo, fiel a la tradición de esta familia, murió en el campo del honor el 17 de mayo de 1.794, oficial de las Reales Guardias Españolas, ante el castillo de San Telmo de Coillure, en el Rosellón, en la guerra contra los franceses. El entronque de este linaje con los Espinosa de los Monteros lo llevó a efecto la hermana del anterior, por su casamiento con don Narciso Espinosa de los Monteros y Nijenlat, siendo el nombre de dicha hermana el de doña María Antonia de Santos Toro.
De la rama de esta familia que pasó a América puede citarse al militar y político Uruguayo Máximo Santos, nacido en Canelones en 1.847 y fallecido en Buenos Aires en 1.889. Fue ministro de Guerra y Marina en su país, pero en realidad era el verdadero jefe del gobierno, aunque en la presidencia figura, el también político y militar, Vidal. En marzo del año 1.882 accedió a la Presidencia de la República de Uruguay, y su gobierno se caracterizó por el desorden financiero, una implacable persecución de sus adversarios políticos a los que encarceló, obligando a muchos a expatriarse. Tras expirar su mandato, y como continuara gobernando en la sombra, estalló la revolución de Quebracho, a la que dominó en base a sus habituales procedimientos de dureza. En marzo de 1.886, hizo elegir como presidente a Vidal, a fin de tener un títere, pero como el anterior se mostrara un tanto rebelde a acatar su voluntad, lo depuso proclamándose nuevamente presidente en mayo del mismo año, por lo cual tan sólo toleró la presidencia de Vidal por algo más de un mes. No obstante, la energía con que ejercía su mandato, la oposición se alzó contra él y fue víctima de un atentado del que escapó con vida por verdadero milagro. Acaso comprendiendo que su hora había pasado, se expatrió a Europa. Tras una corta estancia en París, creyó que si regresaba a su país, nuevamente obtendría el mandato, pero ni siquiera llegó a desembarcar dado que las autoridades le prohibieron hacerlo, bajo pena de la vida si lo intentaba, con lo cual regresó a Europa, donde falleció.
Otro de los descendientes de los apellidados Santos, de la línea americana, fue José Santos Celaya, político nicaragüense que acaudilló el golpe de Estado contra el presidente Lacasa, con lo que estableció a los liberales en el poder, en contraste con el anterior, éste fue un hombre de carácter muy democrático, que hizo reformar la Constitución para conseguir, y lo logró, un mayor desarrollo económico de su país. Se opuso al intervencionismo estadounidense, lo que le granjeó la antipatía de los Estados Unidos de América. Proyectó un canal en Nicaragua que uniera ambos océanos, al estilo del de Panamá, pero se trasladó a Europa a fin de que fuera Alemania quien lo llevara a cabo, si el proyecto le interesaba. En 1.909, los Estados Unidos apoyaron una revuelta contra él y Celaya no tuvo más remedio que exiliarse, no regresando ya jamás a su patria y muriendo en el extranjero.
Las armas del linaje Santos son: Escudo de plata y tres fajas ondeadas de azur.