Quevedo
Que se tenga memoria, pues realmente el origen de este preclaro linaje se pierde en la oscuridad de los tiempos, el más antiguo solar, o casa solariega, del apellido Quevedo, radicó en la villa de Pie de Concha, lugar de donde partieron las distintas ramas que se conocen y que fueron extendiéndose por diversos lugares de España.
Uno de sus eminentes varones, por no decir el que más, fue don Francisco de Quevedo y Villegas, que vistió el hábito de Santiago y fue señor de la Torre de Juan Abad, nacido en Madrid en 1.580 y fallecido en Villanueva de los Infantes en 1.645.
Celebrado escritor no estuvo ajeno a los avatares de la política y así a la caída de su protector, el duque de Osuna, estuvo desterrado en su señorío de la Torre de Juan Abad, (Ciudad Real), y años más tarde se atrajo la enemistad del todopoderoso conde-duque de Olivares quien ordenó su encarcelamiento en el convento de San Marcos.
De su ingenio y facilidad de escritura e imaginación, no es menester dar pruebas, pues sus obras son muestra palpable de todo ello. No podemos olvidar algunas de las más conocidas como «El diablo cojuelo» en donde levantando los tejados se podía contemplar las intimidades de los habitantes de la villa y corte de aquella lejana época.
Posiblemente sus versos satíricos y sus coplillas fueron la causa real de todos sus males, pues en ellos arremetía y criticaba las corrupciones y las lacras que se daban entre los encopetados caballeros y nobles de la corte, amén de los «trapos sucios» de muchas de las más distinguidas damas.
El apellido Quevedo se halla más extendido en la zona centro de España, siendo prácticamente desconocido en Cataluña y todo el Norte de la Península Ibérica.
ARMAS:
Escudo terciado; 1º, de azur y tres flores de lis de oro; 2º, de plata, un caldero de sable, 3º del mismo metal, un pendón plata y gules.