Naranjo
En lo que se refiere a este apellido, no existe la menor duda. Todos los tratadistas se muestran de acuerdo que es de origen cántabro, con importante casas en la villa de Madrid. Tan sólo un tratadista y ésta es la excepción a lo que antes indicábamos, sostiene que el tronco de la familia Naranjo se encuentra en Cantabria.
Lo que sí es bien cierto es que muy pronto se extendió por toda la Península como lo prueba el caso de don Miguel Cuadrado y Naranjo que era natural de Cádiz y probó su hidalguía para ingresar en la Orden de Santiago, en el año 1.788. Para una mayor corrección, añadiremos que el lugar de su nacimiento fue el Puerto de Santa María perteneciente a la provincia anteriormente citada. Siendo natural de Sevilla don José Naranjo Mellado tuvo que probar la limpieza de sangre ante la Inquisición para demostrar que en sus ascendientes no existía sangre de moro o judío. Procedentes de la ciudad de Córdoba, otros miembros del apellido Naranjo (don Alonso Naranjo de los Reyes y don Manuel Naranjo y Almorín) hicieron otro tanto y ante el mismo Tribunal del Santo Oficio de la ciudad cordobesa, capital de la provincia. Todo lo anterior, nos hace suponer que unas de las regiones por la que más se extendió este apellido fue en Andalucía.
En lo que toca a los Naranjo establecidos en Madrid, el Estado Noble de esta Ciudad, admitió a los siguientes miembros de este linaje: Don Antonio Naranjo, en 1.757; don Bernardo Naranjo, en 1.720; don Blas, don José y don Manuel Naranjo, en 1.731; don José Naranjo y Abad, en 1.741; don Jerónimo y don Joaquín Naranjo y López, en 1.778; y don José Miguel, don Miguel y don Antonio Naranjo de Osorno en 1.730. En lo que se refiere a la rama que pasó a América, puede citarse a fray Miguel Naranjo y García Valdés, de la Orden de San Francisco, natural de Guadalajara (Jalisco) que realizó demostración de su pureza de sangre con el fin de ingresar en El Santo Oficio de Méjico.
ARMAS:
En oro, un naranjo de sinople frutado de gules con dos leones de su color empinados al tronco.