Moya

Moya

Se dice que este apellido cuenta con una antigüedad de más de diez siglos, y que su progenitor fue don Alvaro de Moya, que lo adoptó al conquistar la villa de este nombre a los moros. Y se afirma asimismo, según constancia en antiguos documentos, que los de este linaje siempre se hicieron notar por el valor desplegado, en cuantas batallas intervinieron, teniéndose noticias de don Rodrigo de Moya, que fue uno de los caudillos más valerosos y prudentes de su tiempo.

Don Bernardo de Fonseca y Pinto, refiriéndose a él, lo cita como rico hombre que siempre se halló junto al rey don Pedro I, de Castilla, "el Justiciero", monarca legítimo castellano a quien dio alevosa muerte su hermanastro, el bastardo de Trastamara, para así escalar el trono de Castilla, introduciendo en él la bastardía hecho desconocido con anterioridad, ya que siempre fue este un aspecto que se tuvo muy en cuenta por la nobleza. Don Rodrigo de Moya no lo pudo sufrir y fiel a las tradiciones castellanas, se exilió voluntariamente en Aragón, no reconociendo como su rey y señor al de Trastamara. Y éste, ya coronado, quiso recobrar para su bando a los caballeros nobles y de valor, haciéndole llegar su promesa real de que, no sólo no le tomaría en cuenta los servicios que había prestado el rey don Pedro, sino que lo colmaría de mercedes. Pero don Rodrigo de Moya prefirió morir en el destierro, antes de reconocer al de Trastamara como su rey, permaneciendo fiel hasta la muerte a quien había sido su legítimo señor. Uno de sus descendientes fue obispo de Osma y es fama que el rey don Juan II, lo tuvo siempre en mucha estima, dado que fue hombre ejemplar y justo.

Otro de los de este ilustre linaje, don Alonso de Moya, hizo su asiento en el reino de Murcia por los años 1.568 y se halló en las guerras que hubo con ocasión de la expulsión de los moriscos. Don Pedro de Moya fue arzobispo de Méjico, de quien se dice, que fue varón prudente y sabio hasta el punto que fue el primero que introdujo la Inquisición en aquel país.

ARMAS:

Escudo partido: 1º; de gules, una escala de oro. 2º; verado de plata y azur.

Moya

Se dice que este apellido cuenta con una antigüedad de más de diez siglos, y que su progenitor fue don Alvaro de Moya, que lo adoptó al conquistar la villa de este nombre a los moros. Y se afirma asimismo, según constancia en antiguos documentos, que los de este linaje siempre se hicieron notar por el valor desplegado, en cuantas batallas intervinieron, teniéndose noticias de don Rodrigo de Moya, que fue uno de los caudillos más valerosos y prudentes de su tiempo.

Don Bernardo de Fonseca y Pinto, refiriéndose a él, lo cita como rico hombre que siempre se halló junto al rey don Pedro I, de Castilla, "el Justiciero", monarca legítimo castellano a quien dio alevosa muerte su hermanastro, el bastardo de Trastamara, para así escalar el trono de Castilla, introduciendo en él la bastardía hecho desconocido con anterioridad, ya que siempre fue este un aspecto que se tuvo muy en cuenta por la nobleza. Don Rodrigo de Moya no lo pudo sufrir y fiel a las tradiciones castellanas, se exilió voluntariamente en Aragón, no reconociendo como su rey y señor al de Trastamara. Y éste, ya coronado, quiso recobrar para su bando a los caballeros nobles y de valor, haciéndole llegar su promesa real de que, no sólo no le tomaría en cuenta los servicios que había prestado el rey don Pedro, sino que lo colmaría de mercedes. Pero don Rodrigo de Moya prefirió morir en el destierro, antes de reconocer al de Trastamara como su rey, permaneciendo fiel hasta la muerte a quien había sido su legítimo señor. Uno de sus descendientes fue obispo de Osma y es fama que el rey don Juan II, lo tuvo siempre en mucha estima, dado que fue hombre ejemplar y justo.

Otro de los de este ilustre linaje, don Alonso de Moya, hizo su asiento en el reino de Murcia por los años 1.568 y se halló en las guerras que hubo con ocasión de la expulsión de los moriscos. Don Pedro de Moya fue arzobispo de Méjico, de quien se dice, que fue varón prudente y sabio hasta el punto que fue el primero que introdujo la Inquisición en aquel país.

ARMAS:

Escudo partido: 1º; de gules, una escala de oro. 2º; verado de plata y azur.