Echaniz
Se trata de un linaje de clara ascendencia vasca, y ya caballeros de esta familia participaron en la batalla de las Navas de Tolosa, en la primera mitad del siglo XIII, así como en la conquista de Málaga. Por estos servicios los Echaniz obtuvieron heredamientos en premio a los mismos. Según el filólogo Irigoyen, esta voz quiere decir en euskera «muchas casas o abundancia de ellas».
De los Echaniz tratan los «Nobiliarios» de Zazo y Rosillo y el crónista Gómez de Arévalo, entre otros. El último citado nombra a Oxen de Echaniz, que fue un fiel servidor de los Reyes Católicos que se distinguió notablemente en la conquista de Granada. El Rey de Armas don Francisco Morales Zarco despachó certificación de blasones a los Echaniz con fecha 1 de julio del año 1.692.
Los de la provincia de Guipúzcoa hicieron pruebas de hidalguía y limpieza de sangre para poder ingresar en las diferentes Órdenes Militares.
Los Echaniz tienen abundancia de documentos, informaciones y probanzas de hidalguía de su apellido, desde los primeros pobladores de Guipúzcoa. Tuvieron casas en Villarreal, Azpeitia, y Tolosa.
Una casa Echaniz la hubo en la villa de Laguna de Caneros, de la provincia de Burgos, que previa demostración de su hidalguía fueron admitidos en el Estado Noble de la Villa de Madrid.
En lo que se refiere a América, una rama de los Echaniz pasó a este continente, en concreto a Méjico. Uno de los de este linaje, don Pedro Echaniz de la Oliva, natural de Madrid, estuvo con el conquistador Hernán Cortés, después de haber servido a las órdenes de don Pánfilo de Narváez. Participó en la campaña que llevó a Cortés hasta la conquista del imperio de los aztecas y una vez pacificado el país fundó casa en Méjico.
En la conquista del Río de la Plata (hoy Argentina), se distinguió don Manuel de Echaniz, caballero del que se cree descienden los de este apellido en aquella República americana.
ARMAS:
En campo de plata, un lobo de sable pasante. Bordura de gules.