Casas

Casas

Linaje cuyos orígenes aparecen muy confusos; hasta el punto de que nada en firme se puede decir. Viene sosteniéndose que proviene de dos caballeros franceses, hermanos, Gullén y Bartolomé de Casaus, que llegaron para servir al rey Fernando III, "el Santo", procedentes de Limoges y ayudaron a éste en el sitio y conquista de Sevilla, por lo que les recompensó con tierras y los heredó en dicha ciudad. En antiguos documentos aparece unido el nombre de Casaus, Casas y Las Casas, esto parece confirmar que se trata de modalidades del mismo linaje, lo que lleva a la conclusión del origen francés. Martín López de Lezama dejó escrito que uno de los caballeros de la conquista de Sevilla fue el francés Gullón Bec, sepultado en la catedral sevillana. Dada su vecindad con Francia, no cabe extrañeza a que en Cataluña radicaron, desde antiguo, familias de este apellido. Está muy extendido en Méjico, pudiendo citarse a Ignacio Casas, célebre arquitecto (1.720), autor de la iglesia de Santa Rosa, el convento de San Agustín y la Capilla de Terceros de Santo Domingo. Colombia tiene también un Casas famoso, José Joaquín, poeta, autor de "Cristobal Colón" y "Recuerdo de Fiestas" en España, es de justicia a señalar al gran pintor catalán Ramón Casas y Carbó, entre cuyos magníficos cuadros se encuentran "Tarde de Toros" y "Autoretrato con chaquetilla corta", este último expuesto en el Museo de Arte Moderno de Barcelona.

Pero la mayor celebridad del apellido Casas se debe al padre Bartolomé de Las Casas, fraile dominico que vivió la colonización española en América y se sintió conmovido ante el dolor de las razas vencidas. Consciente de la injusticia con que eran tratados los indios y el abuso que de ellos se hacía, dedicó toda su vida a la lucha en su favor, delatando sin reparos el proceder cruel de muchos colonizadores. Sus razonamientos impresionaron al Cardenal Cisneros y fue nombrado Protector de los Indios. Toda su existencia estuvo marcada por la ardiente defensa que hizo de los derechos de los indígenas.

ARMAS:

En campo de oro, cinco roques de gentes puestos en sotuer y bordura de azur con ocho cabezas de águila en oro.


Casas

Linaje cuyos orígenes aparecen muy confusos; hasta el punto de que nada en firme se puede decir. Viene sosteniéndose que proviene de dos caballeros franceses, hermanos, Gullén y Bartolomé de Casaus, que llegaron para servir al rey Fernando III, "el Santo", procedentes de Limoges y ayudaron a éste en el sitio y conquista de Sevilla, por lo que les recompensó con tierras y los heredó en dicha ciudad. En antiguos documentos aparece unido el nombre de Casaus, Casas y Las Casas, esto parece confirmar que se trata de modalidades del mismo linaje, lo que lleva a la conclusión del origen francés. Martín López de Lezama dejó escrito que uno de los caballeros de la conquista de Sevilla fue el francés Gullón Bec, sepultado en la catedral sevillana. Dada su vecindad con Francia, no cabe extrañeza a que en Cataluña radicaron, desde antiguo, familias de este apellido. Está muy extendido en Méjico, pudiendo citarse a Ignacio Casas, célebre arquitecto (1.720), autor de la iglesia de Santa Rosa, el convento de San Agustín y la Capilla de Terceros de Santo Domingo. Colombia tiene también un Casas famoso, José Joaquín, poeta, autor de "Cristobal Colón" y "Recuerdo de Fiestas" en España, es de justicia a señalar al gran pintor catalán Ramón Casas y Carbó, entre cuyos magníficos cuadros se encuentran "Tarde de Toros" y "Autoretrato con chaquetilla corta", este último expuesto en el Museo de Arte Moderno de Barcelona.

Pero la mayor celebridad del apellido Casas se debe al padre Bartolomé de Las Casas, fraile dominico que vivió la colonización española en América y se sintió conmovido ante el dolor de las razas vencidas. Consciente de la injusticia con que eran tratados los indios y el abuso que de ellos se hacía, dedicó toda su vida a la lucha en su favor, delatando sin reparos el proceder cruel de muchos colonizadores. Sus razonamientos impresionaron al Cardenal Cisneros y fue nombrado Protector de los Indios. Toda su existencia estuvo marcada por la ardiente defensa que hizo de los derechos de los indígenas.

ARMAS:

En campo de oro, cinco roques de gentes puestos en sotuer y bordura de azur con ocho cabezas de águila en oro.