Baroja
Se trata de un apellido vasco. Su procedencia parte de la villa del mismo nombre, perteneciente al Ayuntamiento de Peñacerrada, en Álava. Es pues de procedencia geográfica. De su lugar de origen, algunos Baroja pasaron a Burgos, la Rioja y, en general a ambas Castillas. Para el historiador Jaime de Querexeta, esta palabra Baroja significa en la lengua vasca, cabaña o ferrería, aunque otros autores la traducen como sitio de helechos. Muchos miembros de este apellido probaron su hidalguía y nobleza de sangre ante la Sala de Hijosdalgos, de la Real Chancillería de Valladolid. Con este motivo se llevaron a cabo no pocos pleitos entre familias Baroja que litigaban para que les fuera reconocida su nobleza por los Concejos donde residían. En el año 1.606, don Juan de Baroja fue admitido en el Estado Noble de la Villa de Madrid. La nobleza y limpieza de sangre les fue reconocida a las personas que se relacionan a continuación algunos de los cuales fundaron familias que, a su vez dieron lugar a líneas que pasaron a América: Don Felipe de Baroja Salinillas reconocido hidalgo en el año 1.606; don Francisco y don Pedro Baroja, del lugar de Autol (La Rioja) en 1.630; don Juan de Baroja de Hormilla, en 1.516; don Pedro de Baroja, del lugar de Cornago, en 1.589; don Juan, don Luis, don Manuel y don Miguel Baroja Martínez de Payueta (Álava) en 1.779. De la rama que pasó a Méjico puede citarse a don Sebastián de Baroja, natural de Vitoria que fundó familia en la capital del citado país. En 1.815, don Rafael Baroja justificó su limpieza de sangre ante las autoridades municipales de Oyarzun, en Guipúzcoa. Pero el más célebre de los de este apellido es sin duda don Pío Baroja y Dessi, nacido en San Sebastián, que ha sido uno de los primeros novelistas contemporáneos españoles, aunque cursó estudios de medicina, pronto los abandonó, seducido por la profesión de las letras. Fue miembro de la generación literaria a la que se denomina como «generación del 98» y dejó abundante producción literaria que se caracteriza por su realismo.
ARMAS:
Escudo partido por un palo de azur, cargado de tres flores de lis de oro, con una caldera de sable, medio cortada con un león rampante de gules sobre oro, y la segunda, también de oro, con un castillo de piedra de cuya torre homenaje sale un brazo armado empuñando una bandera blanca cargada con una cruz de gules.