Aguilar

Aguilar

Noble apellido de rancia hidalguía que tiene el mismo origen que el de Aguiar, pues el tronco común de ambos se basa en un caballero mozárabe de Toledo llamado Men Gómez Ibáñez, que vivió bajo el reinado de Alfonso VI, siendo padre del conde don Gueda Bello, "el Viejo", del que descienden los Aguiar, y de don Egas Gómez de quien proceden los Aguilar. Al menos, los datos anteriores han sido recogidos de dos reconocidos tratadistas, don Julio de Atienza y el señor García Garrafa. El rey don Enrique II otorgó el Señorío de Aguilar, por una cédula real del año 1.369, a don Gonzalo Fernández de Córdoba, aun sin tener éste la sangre de Aguilar. Habrá que indicar que el apellido Aguiar se extendió también a Portugal como lo prueba el conocido escultor neoclásico portugués don Joao José de Aguiar, discípulo de Canova en Roma y máximo representante del neoclasicismo luso. Entre los Aguilar españoles, se encuentra el conquistador Jerónimo de Aguilar que formó parte de la expedición de Valdivia (1.511). La vida de este personaje constituye una auténtica aventura que raya la novela. Durante un viaje naufragó el buque en el que viajaba cerca de las costas de Catoche y cayó prisionero de los nativos, por espacio de ocho años hasta la llegada de Hernán Cortés. Incorporado a las fuerzas de éste, participó en las campañas de la conquista de Méjico, prestando grandes servicios por sus conocimientos de las lenguas y costumbres de los nativos. Don Rodrigo Manrique de Lara y Aguilar, conde de Frigiliana, político y militar español que formó parte del Consejo de Regencia a la muerte del rey Carlos II. Felipe V lo apartó de la política hasta que en 1.710 ocupó la presidencia del Consejo de Indias. Numerosos caballeros del apellido Aguilar probaron su nobleza para ingresar en las diversas Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Montesa, Alcántara, Carlos III y San Juan de Jerusalén, haciéndolo en la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid y en la Real Audiencia de Oviedo.

ARMAS:

En campo de oro, un águila de sable, exployada y con corona imperial.

Aguilar

Noble apellido de rancia hidalguía que tiene el mismo origen que el de Aguiar, pues el tronco común de ambos se basa en un caballero mozárabe de Toledo llamado Men Gómez Ibáñez, que vivió bajo el reinado de Alfonso VI, siendo padre del conde don Gueda Bello, "el Viejo", del que descienden los Aguiar, y de don Egas Gómez de quien proceden los Aguilar. Al menos, los datos anteriores han sido recogidos de dos reconocidos tratadistas, don Julio de Atienza y el señor García Garrafa. El rey don Enrique II otorgó el Señorío de Aguilar, por una cédula real del año 1.369, a don Gonzalo Fernández de Córdoba, aun sin tener éste la sangre de Aguilar. Habrá que indicar que el apellido Aguiar se extendió también a Portugal como lo prueba el conocido escultor neoclásico portugués don Joao José de Aguiar, discípulo de Canova en Roma y máximo representante del neoclasicismo luso. Entre los Aguilar españoles, se encuentra el conquistador Jerónimo de Aguilar que formó parte de la expedición de Valdivia (1.511). La vida de este personaje constituye una auténtica aventura que raya la novela. Durante un viaje naufragó el buque en el que viajaba cerca de las costas de Catoche y cayó prisionero de los nativos, por espacio de ocho años hasta la llegada de Hernán Cortés. Incorporado a las fuerzas de éste, participó en las campañas de la conquista de Méjico, prestando grandes servicios por sus conocimientos de las lenguas y costumbres de los nativos. Don Rodrigo Manrique de Lara y Aguilar, conde de Frigiliana, político y militar español que formó parte del Consejo de Regencia a la muerte del rey Carlos II. Felipe V lo apartó de la política hasta que en 1.710 ocupó la presidencia del Consejo de Indias. Numerosos caballeros del apellido Aguilar probaron su nobleza para ingresar en las diversas Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Montesa, Alcántara, Carlos III y San Juan de Jerusalén, haciéndolo en la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid y en la Real Audiencia de Oviedo.

ARMAS:

En campo de oro, un águila de sable, exployada y con corona imperial.