Abad

Abad

Apellido de origen vasco encontrándose su primera casa solariega en el valle de la Bordejuela. Con posterioridad fue difundiéndose por toda la Península, para pasar a la América Hispana. La línea de Castilla desciende de Martín Fernández Abad que en el siglo XII luchó contra los árabes, estableciendo su primera casa en las cercanías de Ocaña (Toledo). La línea de Valencia fue formada por Pedro Abad, descendiente de Martín Fernández Abad. Por Cantabria se extendió otra rama de este apellido.

En Aragón se establecieron asimismo los Abad, destacándose Palmiro Abad que, en tiempos del rey don Pedro de Aragón, fundó casa en Nápoles. De este caballero descienden cuantos ostentan el apellido Abad en Sicilia. Los Abad de Andalucía se expandieron por toda la América Hispana durante el siglo XVI.

La nobleza de los Abad comprende numerosas pruebas. Por ejemplo, Don Fernando Sancho Abad Catalán y Villegas, natural de Villahermosa (Ciudad Real), ingresó en la Orden de Santiago el 8 de octubre de 1.656. Y en la Orden de Calatrava lo hicieron: Don Fernando Abad Sandoval, natural también de Villahermosa, en 1.700.

El apellido Abad se encuentra muy extendido en las provincias manchegas, con preferencia en la de Ciudad Real. Fueron muy numerosos los de este apellido que probaron su nobleza ante la Chancillería de Valladolid.

En el orden militar, se designaba como "Abad" al jefe de la Guardia del conde don Gómez, que tenía bajo su mando a cincuenta ballesteros que eran hijosdalgo.

Entre los de este apellido que se destacaron en la América Hispana, debe mencionarse al obispo de Michoacán (Méjico), Manuel Abad y Queipo. Hombre de ideas liberales, fue encarcelado por la Inquisición y acusado de traición por el virrey de Méjico, enviado a España para ser juzgado. Fernando VII lo absolvió, nombrándole Ministro de Gracia y Justicia. Pero muy pronto fue nuevamente encarcelado hasta que en 1820 fue liberado ocupando la sede episcopal de Tortosa (Tarragona). Al ser instaurado de nuevo el absolutismo, fue nuevamente encarcelado y murió en prisión.

ARMAS:

En gules, un castillo de oro, con puertas y ventanas de azur. Bordura de oro y en azur el lema: "Castro Abad ".

Abad

Apellido de origen vasco encontrándose su primera casa solariega en el valle de la Bordejuela. Con posterioridad fue difundiéndose por toda la Península, para pasar a la América Hispana. La línea de Castilla desciende de Martín Fernández Abad que en el siglo XII luchó contra los árabes, estableciendo su primera casa en las cercanías de Ocaña (Toledo). La línea de Valencia fue formada por Pedro Abad, descendiente de Martín Fernández Abad. Por Cantabria se extendió otra rama de este apellido.

En Aragón se establecieron asimismo los Abad, destacándose Palmiro Abad que, en tiempos del rey don Pedro de Aragón, fundó casa en Nápoles. De este caballero descienden cuantos ostentan el apellido Abad en Sicilia. Los Abad de Andalucía se expandieron por toda la América Hispana durante el siglo XVI.

La nobleza de los Abad comprende numerosas pruebas. Por ejemplo, Don Fernando Sancho Abad Catalán y Villegas, natural de Villahermosa (Ciudad Real), ingresó en la Orden de Santiago el 8 de octubre de 1.656. Y en la Orden de Calatrava lo hicieron: Don Fernando Abad Sandoval, natural también de Villahermosa, en 1.700.

El apellido Abad se encuentra muy extendido en las provincias manchegas, con preferencia en la de Ciudad Real. Fueron muy numerosos los de este apellido que probaron su nobleza ante la Chancillería de Valladolid.

En el orden militar, se designaba como "Abad" al jefe de la Guardia del conde don Gómez, que tenía bajo su mando a cincuenta ballesteros que eran hijosdalgo.

Entre los de este apellido que se destacaron en la América Hispana, debe mencionarse al obispo de Michoacán (Méjico), Manuel Abad y Queipo. Hombre de ideas liberales, fue encarcelado por la Inquisición y acusado de traición por el virrey de Méjico, enviado a España para ser juzgado. Fernando VII lo absolvió, nombrándole Ministro de Gracia y Justicia. Pero muy pronto fue nuevamente encarcelado hasta que en 1820 fue liberado ocupando la sede episcopal de Tortosa (Tarragona). Al ser instaurado de nuevo el absolutismo, fue nuevamente encarcelado y murió en prisión.

ARMAS:

En gules, un castillo de oro, con puertas y ventanas de azur. Bordura de oro y en azur el lema: "Castro Abad ".