La estirpe de la Casa Jiménez
Su origen, historia y hechos
Es un apellido de los denominados patronímicos, o sea de aquellos que se derivan de un nombre propio. Muy pronto se extendió por toda la Península y puede encontrarse en América desde los primeros momentos de su descubrimiento y conquista. Su procedencia, como ha quedado expuesto, tiene su origen en el nombre propio de Jimeno, o Ximeno.
Que este apellido es uno de los más nobles y cualificados de España, lo sostiene, entre otros, el cronista Baños de Velasco en su «Becerro de la Nobleza de Andalucía». Por cierto, conviene advertir que esta palabra «becerro» se refiere a la piel con la que estaba encuadernado el libro de referencia.
Dicho esto, volvemos a Baños de Velasco quien, con varios cronistas más, llega a afirmar que el apellido Jiménez no sólo es de los más antiguos de Castilla, León y Navarra, sino que elevan su tronco hasta el patriarca Tubal, como se sabe, considerado como uno de los primeros pobladores de España.
Al apellido Jiménez han pertenecido muy destacados personajes de la historia, como doña Numilo Ximénez, mujer que fue del rey Fruela II de León, don Diego Ximénez, confirmador que fue de privilegios en tiempos del conde Fernán González. Tello Ximénez y García Ximénez, asimismo confirmadores de privilegios durante el reinado de Alfonso VI de Castilla.
Pero no sólo los Ximénez fueron ricoshombres. Uno hubo, don Fortún Jiménez que fue Conde de Aragón y del que se asegura que derivaron algunos reyes. Muchos de este linaje fueron Señores de villas y castillos, entre ellos, y que se cite en las crónicas, don Fernán Jiménez, Señor y Alcalde del castillo de Segobe, en Castellón, allá por el año 1.412.
Rey de Navarra fue don García Ximénez (primer rey de Navarra y el dato es interesante) Señor de Armesura y Abarzuza y así lo consigna don Pedro Salazar de Mendoza en su obra «La Monarquía Española» escrita en el año 1.618. Don Iñigo Ximénez fue el hijo y sucesor del V rey de este apellido y si nos remontamos años antes, Fortún Ximénez desempeñó el cargo de Copero del rey García Sánchez por los años 926. Insistimos en que, ya en la antigüedad se escribía indistintamente Ximénez o Jiménez. En el año 1.309 fue arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada, al que llamaron «el Toledano», que antes fue obispo de Osma y mantuvo la actividad de historiador, escribiendo la Crónica de España hasta el rey Fernando III, al que se la dedicó. Su carácter eclesiástico no le privó de ciertas aficiones guerreras hasta el punto que participó en la batalla de las Navas de Tolosa y también en numerosas expediciones militares del rey Fernando III. Una vez conquistada Valencia, reclamó dicha sede para el arzobispado de Toledo. Ignoramos en que términos lo haría pero el caso fue que la cuestión le valió ser excomulgado por el Sínodo de Tarragona de 1.241.
El Papa Gregorio IX anuló dicha excomunión. Su obra más interesante es la citada Historia de España, en la que llega a afirmar que los hispanos deben ser identificados con los godos, sirviéndose de los escritos de San Isidoro y de diversas crónicas.
A esta ilustre familia perteneció también el cardenal Jiménez de Cisneros fundador de la célebre Universidad de Alcalá de Henares, nacido en Torrelaguna y que tuvo un destacado papel durante el reinado de los Reyes Católicos.
Fueron bastantes las ramas del apellido Jiménez que pasaron a establecerse en Andalucía, lo que explica la gran difusión del mismo en aquella parte de la Península. Por regla general, los Jiménez andaluces descienden del linaje navarro. Desde los primeros momentos, los Jiménez pasaron al Nuevo Mundo, destacándose sobremanera.
Gonzalo Jiménez de Quesada, que en los días de la conquista estuvo a las órdenes de Pedro Fernández de Lugo, ostentando el cargo de Justicia Mayor. Capitaneó la expedición que exploró el Valle de Santa Marta. El grupo de conquistadores sufrieron penalidades sin cuento en lucha constante con los nativos hasta alcanzar las tierras de Cundinamarca poblada por los Chisbchas. Jiménez de Quesada consiguió vencer a todos los caciques haciendo una primera fundación de Santa Fe de Bogotá (año 1.538) pero a los pocos días llegaron otras dos expediciones, encabezadas por Belalcázar que venía de Quito y el alemán Federmann, que llegaba de Venezuela.
En abril, Jiménez de Quesada fundó oficialmente Bogotá y antes de entrar en combate los tres conquistadores para ver a quien correspondía el dominio de aquellas tierras decidieron embarcar para España y que fuera el rey quien resolviera tan delicada cuestión. La verdad es que la Corona no se decantó por ninguno de los tres, de modo que Jiménez de Quesada regresó a Santa Fe en el 1.550. Los últimos años de su vida los pasó escribiendo las crónicas de sus viajes y aventuras. Del tiempo de los conquistadores, merece hacer mención a Ortún Jiménez, un navegante que fue piloto mayor de la nave que mandaba Diego Becerra de Mendoza, en la expedición de Hernando de Grijalba, y que envió Hernán Cortés a explorar el océano Pacífico (l.533).
Este Ortún Jiménez, por motivos un tanto oscuros (sentimos no haber encontrado en que consistieron sus quejas contra el capitán de su nave), encabezó una rebelión contra éste en la que Becerra resultó muerto, quedando como jefe Jiménez quien continuó la exploración, descubriendo la bahía y el territorio de Santa Cruz, la actual California. Pero en aquella época de violencia, quizás nunca fuera más cierto aquello de que «el que a hierro mata, a hierro muere» y Ortún Jiménez resultó muerto en un combate que sostuvo contra los nativos.
Los Jiménez probaron repetidas veces su nobleza ante las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, así como en las de San Juan de Jerusalén y Carlos III.
Citando a los conquistadores de Nueva España, hay que mencionar a Alonso Jiménez, pacificador de Nueva Galicia. Gonzalo Jiménez, natural de Trujillo (Cáceres) que acompañó a Cortés en la conquista de Méjico, y se estableció en Oaxaca. Juan Jiménez nació en Puertollano (Ciudad Real) conquistador de Jalisco y Jiménez de Rivera, natural de la montaña de Cantabria, compañero asimismo de Hernán Cortés y don Rodrigo Jiménez, nacido en Mairena (Sevilla) conquistador de Pamuco y Zapotecas, a quien el cabildo de la Ciudad de Méjico donó un solar en 1.528.
El linaje Jiménez ostenta los siguientes títulos: Don Diego Bernardo Jiménez, de Lima (Perú) fue creado Marqués de Santa Ecsa en 1.733. Don Nicolás Jiménez de Lobatón, también de Perú, Marqués de Rocafuerte, en 1.746. Don José María Jiménez de Vargas, vecino de villa del Río (Córdoba), Conde de Monte Real el 5 de septiembre de 1.870 y don Carlos Jiménez Gotall, Marqués de Casa Jiménez y Vizconde de Torre Almirante, en 1.876.
Las armas de los Jiménez de Navarra, origen del linaje, son: Escudo partido, 1º en azur, tres veneras de plata y 2º en oro, dos fajas de gules.