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Esteban

La estirpe de la Casa Esteban

Su origen, historia y hechos

Se trata de un apellido patronímico sumamente extendido por toda España. El origen de este linaje parece haber estado radicado en la ciudad de Fraga, en Aragón, (Huesca) de donde pasó a Valencia; otra familia de este apellido se ubicó en la villa de Guzmán, del partido judicial de Roa (Burgos), otra en Puebla de Montalbán, del partido judicial de Torrijos (Toledo) y otras que se extendieron por ambas Castillas y León.

La que tuvo su asiento en Asturias se apellidó Esteban de Hormúa.

Antes de continuar, señalaremos que este apellido está constituido en condado, el de Esteban Collantes, título concedido por el rey don Alfonso XII, en 1884, a don Saturnino Esteban Collantes. Este título continúa en la misma familia.

De la familia originaria de Fraga (Huesca), se conserva memoria de Francisco Esteban, natural de dicha ciudad, que en unión de su hermano Berenguer probaron su infanzonía en la Corte de Justicia de Aragón y les fue reconocida por sentencia de 21 de septiembre de 1.506.

En el año 1.668, los descendientes del caballero anteriormente citado lograron, en 14 de mayo, una nueva declaración de su infanzonía, como descendientes en línea directa del anteriormente citado Francisco Esteban.

La línea que se estableció en Valencia hace memoria de Miguel Esteban, natural de dicha ciudad de Valencia, que fue padre de Miguel Jerónimo Esteban y Matalí, de la misma naturaleza, que vistió el hábito de la Orden de Montesa en 25 de febrero de 1.589.

Los que radicaron en la villa de Guzmán, se recuerda a Francisco Esteban, natural de Guzmán, uno de cuyos nietos, Francisco Esteban Beltrán de San Juan, fue Caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó en 10 de marzo de 1.645.

En La Puebla de Montalbán, de la familia Esteban allí establecida, puede citarse a Andrés Esteban, natural de La Puebla de Montalbán, uno de cuyos descendientes, Agustín Esteban y Solera, nacido en Madrid, fue caballero de la Orden de Carlos III, con fecha de 1.791.

La familia de este linaje originaria de Asturias, los Esteban de Hormúa ostentan diferentes armas que la de Fraga.

En realidad, existen tres escudos diferentes en este linaje. Los que se apellidaron Esteban de Hormúa ostentaron: Escudo cortado por una faja de azur, cargada de tres flores de lis de oro; la posición alta, de gules, con una cruz de oro floreteada y vana, acompañada en lo alto de tres coronas del mismo metal, y a los dos lados de su brazo inferior de una esteva de arado de oro; y la participación baja, de plata

con un árbol de sinople, terrasado de lo mismo, y dos lobos de su color pasantes al pie del tronco. Otros traen un escudo de azur, con las tres coronas de oro puestas en palo.

Y, por último, aquel que consideramos el escudo general de la familia, que es el que detallaremos más adelante y aquí representamos.

En lo que se refiere a personajes españoles de este apellido, citaremos a algunos, al sernos imposible, como fácilmente puede comprenderse, relacionarlos a todos.

Remontándonos al año 1.375, encontraremos a Fernando Esteban, teórico musical español, que fue el autor del primer tratado que existe en España sobre el canto llano.

Un ejemplar, incompleto, se conserva en la Biblioteca Provincial de Toledo. En el prefacio, el autor, afirma ser sacristán de San Clemente de Sevilla. Aparte de su interés teórico, la importancia de este tratado reside en las noticias que da sobre la música en la capilla de Aviñón y en las capillas reales de Aragón, Navarra, Castilla, etc.

Agustín Esteban Collantes, nacido en Carrión de los Condes, en el año 1.815 fue abogado y político español que participó activamente en la caída del regente Espartero. Diputado a Cortes, intervino en la redacción de la Constitución de 1.845. Ministro varias veces en los sucesivos gobiernos de la época, al producirse la revolución de 1.854 emigró y a su regreso en 1.856 fue sometido a proceso por supuesta malversación de fondos, cargo del que fue absuelto. Al subir don Alfonso XII al trono, fue recompensado por su fidelidad a la dinastía borbónica con el cargo de embajador en Lisboa y posteriormente fue nombrado Presidente del Consejo de Estado.

Su hijo, Saturnino Esteban Collantes, nacido en Madrid en 1.847, fue un abogado, periodista y político que militó siempre en el conservadurismo monárquico. Con la restauración de la monarquía, fue Diputado a Cortes y Senador. Posteriormente fue ministro de Instrucción Pública y, como reconocimientos a sus servicios a la corona, el rey, don Alfonso XII, le concedió el título de Conde de Esteban Collantes.

En lo que se refiere a los de este apellido que pasaron a América, se conserva memoria de Juan Esteban de Avendaño, que fue compañero de Gonzalo Jiménez de Quesada. Participó en cuantas campañas se llevaron a cabo en el territorio que ahora es la actual Colombia, en la lucha contra los «zipas», los caudillos indígenas. Y tampoco fue ajeno a la locura que significó la búsqueda de «El Dorado», el mítico rey que todos los días bañaba su cuerpo en oro.

A Jiménez de Quesada, le tocó correr en pos de esta quimera y junto a él, con otros tantos cegados por el ansia de oro, fue Juan Esteban de Avendaño. Y lo buscaron con desesperación, casi con demencia y, como es lógico, jamás lo encontraron.

De Juan Esteban de Avendaño se sabe que murió en un encuentro con los indios. De su jefe, Gonzalo Jiménez de Quesada, también se tiene memoria de cómo, viejo y enfermo, todavía seguía creyendo en aquella leyenda, cuando los demás lo tomaban a burla.

Otros Esteban debieron participar en la conquista de Méjico, dado que se trata de un apellido bastante corriente en aquel país; participaron, se establecieron y dejaron descendencia.

El blasón general de esta familia es el siguiente: Escudo partido: 1º; de oro, con un león rampante de gules. 2º; de plata, con cuatro fajas de azur.